Los fundadores de una de las crews graffiteras más emblemáticas visitaron la Argentina y, en un inglés afrancesado, recordaron su camino en el mundo del arte y el diseño.


Txt. Mijal Iastrebner @mijebner | Ph. Sabrina Saladino @esabrisa

Todo empezó con el hip hop. Un amigo tenía un álbum de los Beasty Boys o Public Enemy, no me acuerdo, y me habló del gra-ffiti. Nunca lo habíamos visto porque todavía Internet no existía”, recuerda entusiasmado Scien, uno de los seis integrantes de 123KLAN, la pandilla de graffiti que fundó junto a su mujer, Klor en 1992.

Con los años, llegó la influencia del diseño gráfico y el marcado estilo de este matrimonio francés se profundizó. Para responder a los pedidos de diversas marcas, abrieron su propio estudio de diseño en 2003 y en 2007 se mudaron a Montreal. Pasaron los años y los 123KLAN se volvieron especialistas en creación de logotipos, diseño de personajes y dirección de arte. El éxito de su trabajo devino en la creación de su primera marca propia, BANDIT-1$M, a la cual utilizan como laboratorio para probar tendencias y mantener actualizada su noción de la cultura callejera.

A pesar de haber dejado clara su actitud ruda y algo franco-arrongante durante su conferencia en el festival de diseño Trimarchi, en la charla con Cultra se toman el tiempo, no solo para contar sobre su trabajo, sino para dejar mensajes valiosos: “No estamos acá para decirle a la gente qué hacer sino para decir que es posible. Todos podemos hacer la diferencia”

Cuando empezaron a dibujar paredes, en algún momento, ¿imaginaron que esto iba a pasar o solo dejaron que fluya? 
Scien: Era algo súper nuevo, copado y éramos chicos (15). Nos podíamos divertir sin un mango, con un par de marcadores, las calles de noche, nuestros amigos y ya.
Klor: A parte, era algo totalmente ilegal, no se lo decías a nadie a menos que fueran muy cercano. 
S: Estaba buena la adrenalina, la experiencia, escribir tu nombre en un tren y verlo salir de la estación con tu obra. 

¿Extrañan esas experiencias y esa adrenalina de salir de noche?
S: No. Pasa que era divertido pero a veces también frustrante. Al principio no te importa mucho así que probabas y listo. Pero después tratás de ir armando obras más complejas y cuando tenés que dejar una por la mitad porque viene la policía, te sentís mal. Pintar legalmente también es divertido. Hacerlo de día es más fácil y más prolijo. 
K: Hacer un asado con amigos mientras pintamos es muy copado.
S: Pero bueno, claro, todas las historias más divertidas son de la época ilegal.
K: Si, de la era de los dinosaurios.




















¿Sienten que cambiaron su estilo o que lo pulieron?
S: Lo pulimos pieza por pieza, si no deja de ser interesante porque es copiar algo. 
Lo que está bueno es mirar trabajos viejos y decir: ‘Uh, esto era una mierda’. Significa que lo que hacemos hoy es muchísimo mejor. Generalmente la gente se la pasa recordando viejos tiempos y odia la vida que tiene ahora. Nosotros creemos lo contrario. Amamos nuestra vida, era divertido en ese contexto pero ahora es otro período.

Claro, quizás es la forma necesaria de pensar para llegar a donde están hoy.
S: Si. Tenés que mantener tu foco. Si te preocupás por ser famoso, por que la gente reconozca tu estilo o por ganar plata, estás en el horno. Nosotros experimentamos haciendo cosas nuevas sin pensar si a la gente le va a copar o no, lo hacemos por nosotros. Finalmente, provocamos cosas y después los clientes vienen a ofrecernos trabajo.
¿Alguna vez sacrificaron o sacrificarían su punto de vista por un cliente?
K: Yo soy la que dice que no. 
S: Le dijimos que no a Coca Cola solo por un tema de presupuesto. Es siempre la misma bosta, es por plata. Y nosotros respondemos: ‘Perdón, pero si quieren trabajar con nosotros este es el costo’. Cuando vas a un restaurante jamás negocias: ‘Tengo 20 pesos, ¿tenés algo por 20 pesos pero que en realidad sale 100 pesos?’. Nosotros respondemos algo así como: ‘A la mierda, son 100 mangos, si no tenés la plata, andáte’. 
K: Si un cliente nos dice que vamos a tener mucha exposición y eso va a ser bueno para nosotros yo le respondo: ‘Si me conoces, no necesito más exposición así que chau’. 

En su conferencia dijeron que los inspiraba el crimen, las pandillas, y se puede ver que usan mucho el lenguaje callejero y el militar, ¿cómo funciona esto exactamente?
K: Es porque es corto y efectivo.
S: Es una gran caricatura de nuestra sociedad. La cosa es siempre quién se queda con el poder. Y nosotros estamos en contra del poder. Si elegimos al pirata es por su parte romántica, es libre, todo le chupa un huevo, es un fiestero y si necesita plata, la va a conseguir. No tiene nada que ver con que queramos matar gente, violar chicas o venderle droga a los pibes. 
K: Si, yo quisiera violar chicas pero me estaría faltando algo.

Si lo piensan, la publicidad en las calles del mundo son mucho más contaminantes visualmente que el graffiti.
K: Si pintamos un vagón de tren somos pandilleros o criminales pero si ahí hay un anuncio está bien porque es legal, es un mundo perfecto ¡Dale, nosotros damos arte!
Invaden nuestras calles porque es legal pero nadie nos pregunta
si estamos de acuerdo.

S:  Totalmente, es muy irónico, es exactamente esa la cuestión. Es por eso que no nos lo tomamos muy en serio y hacemos chistes sobre la sociedad.

Algunos de sus trabajos no llevan firma, ¿Cómo hacen para que su 
identidad les permita no aclarar su autoría?

S: Eso es porque no tratamos de ser lo máximo sino de ser nosotros mismos. El sistema trata de llevarte a que todos seamos esclavos de la economía, que todos nos vemos igual, pensemos igual, consumamos las mismas cosas, solo para asegurarse de que todos vayamos en su dirección. Al final, a nadie le copa eso. Creo que lo que a la gente le gusta es como todo nos importa un carajo.

¿Creen que influenciaron a otros artistas?
S: No (duda)
K: Si, dale, somos famosos. Yo creo que soy igual de popular que Maddona.
S: Nunca lo hicimos para ser famosos pero ahora medio que no lo podemos ignorar porque tenemos las redes sociales y vemos a esta gente siguiéndonos. No tenemos estrategia ni área de marketing, nos siguen porque ha-cemos lo que nos gusta sin tratar de convencer a nadie. 






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