“El diseño se hace con las manos y el oficio”


Federico Cimatti, de Prensa La Libertad



Txt Emilia Erbetta

Hay que llegar a Palermo, dejarse atraer por un bar que vistió sus paredes con el trabajo de un buen número de artistas callejeros (o street artists, como prefieran), atravesar el salón, pasar frente a la barra y la cocina, arribar a un patiecito y subir una escalera, para finalmente arribar a la galería Hollywood in Cambodia (Thames 1885, CABA). ¿Qué hay ahí? Desde el 11 de enero, la exposición Des(in)toxis, Procesos de Alivio en Papel, un recorrido por el trabajo que desde 2009 Federico Cimatti viene haciendo en el taller de Prensa La Libertad, su imprenta de tipos móviles, donde trabaja con la antigua técnica que inventó Gutemberg en el siglo XV, con piezas metálicas que contienen un carácter o un símbolo en relieve invertido especularmente.

“Despierte, usted es parte de la realidad”, “Sea usted conciente de su poder, el mañana puede ser tranformador”, “Todos somos la lucha de los obreros de camperas Lacar”, son mensajes que Cimatti, estudiante de diseño gráfico en la UBA, armó, letra por letra (o tipografía por tipografía para los entendidos) buscando algo de alivio ante situaciones (de injusticia, de desamor, de exclusión) que lo lastimaban. Hasta 2009, Federico hizo lo que cualquier otro estudiante: trabajó en una imprenta preparando originales en la computadora. “Hasta que en 2009 conocí a un imprentero en Merlo, y el día en que yo entré al taller, a ese galpón enorme con máquinas, pasó algo”. A partir de ese momento comenzó a investigar sobre la impresión de tipos móviles, compró sus propias máquinas y armó su propia imprenta, donde ahora trabaja y se da el gusto de hacer los afiches que hoy expone en HIC. “Tiene un costado de activismo gráfico”, advierte Cimatti. “Yo siento un alivio cuando hago un afiche sobre algo que me jode o me solidarizo con alguna lucha. En esos casos el mensaje está por encima de la gráfica”.

Cimatti fue el único sudamericano en exponer en la convención inglesa Reverting to type en Londres y en el Museo Nacional de Comunicación de Dinamarca. En marzo de 2010 organizó una muestra individual que se llamó Rezo Versos, que se realizó en forma simultánea en el Hamilton Wood Type & Printing Museum de Wisconsin y en la librería La Teatral de Buenos Aires. “A mi me interesa que lo que haga tenga el precio que tiene que tener, que lo pueda tener cualquiera en su casa”, subraya Cimatti, y se mete en lo que él mismo define como “un tema complejo”, cuando se refiere a cómo está valorizado el circuito joven de arte que vende obra. “Prefiero no participar de ciertos espacios, porque creo que hay que ser un poco más estricto. Hay muchos artistas jóvenes que con tal de promocionarse se anotan en cualquier lado. Hay que cuidar un poco la obra”, plantea.


¿Por qué volver a la impresión de tipos móviles?

Para mi es parte de volver a otro montón de cosas. Hay mucha gente que está volviendo a estas técnicas porque es una manera de democratizar la información: se te ocurrió, lo pensaste e hiciste 5 mil copias. ¡Es la imprenta! Ante tanta cosa seriada, esto significa volver al original, como cuando lees un libro bien editado y bien impreso. Es volver al papel. Hoy, ¿cuántas imágenes ves por internet y cuántas te quedan en la cabeza?

En un texto que armaste para presentar la muestra decías que volver a la producción impresa “excede una mera nostalgia por cierto tipo de sistema tecnológico” y es más “una postura ideológica ante la producción artística”…


Sí, este volver no es por una cuestión caprichosa, ni snob, sino que es una postura religiosa, parte de retornar a cosas que a uno lo emocionan, a tener una relación más amena con los objetos.


Que tiene que ver también con cómo es el trabajo concreto de la imprenta…

Si, porque es un laburo súper físico y muy manual. Primero se compone, se diseña con los tipos móviles, y ahí ya hay una diferencia sustancial con el diseño que se hace con la computadora. Acá vos diseñas con una pieza que es material, que tiene un peso específico. Primero armas el diseño, después se pasa a máquina y se imprime. Pero todo empieza en una mesa. Y si tenés que imprimir mil copias, mil veces hay que cambiar el pliego. También se puede ver la huella del objeto con el que se hace el diseño, si no se cuida la pieza de tipografía, esa huella se va a replicar en todos los impresos. Es otro paradigma, es gráfica popular. Por ejemplo, si me falta una letra uso la letra de otra familia, entonces es algo que bordea la emergencia. Y esas cosas son las que le dan la identidad a este tipo de impresos, que son muy plásticos, porque se puede ver la carga de tinta que quedó sobre la impresión. Es volver a otra sensibilidad.

¿Además de exponer has pegado en la calle?

Me parece que la calle es el lugar en el que tienen que estar. Al principio yo salía y  pegaba mucho en la vía pública, pero ahora, por cuestiones de tiempo, me retiré.

¿No pierde sentido el proyecto si no sale a la calle?

Creo que no. Por ejemplo, hace un tiempo, una colega que vive en Suecia vió el afiche de “Despierte…” por facebook y le pidió a su hijo que se lo traduzca e imprimió muchísimas copias. Me parece que tiene que ver con los lugares a los que uno busca llegar. Y aunque ahora no pego en la calle me sirvo mucho de lo que veo ahí, muchos de los afiches de la exposición surgieron de cosas que voy escribiendo mientras viajo en colectivo.

¿Diseñador, obrero gráfico, artista?

Yo antes me hacía mucho esa pregunta, si lo que hago es arte o es diseño y después me di cuenta que ese cuestionamiento no tiene sentido. A mi no me gusta un estante para poner las cosas en su lugar, más bien me interesa generar preguntas. No sé si ésto es arte, puede ser que el oficio sea un arte, pero quizás sea más un obrero gráfico. Lo que sí me molesta es la pose del diseñador como una estrella de rock, que es lo que ha banalizado un poco la profesión. El diseño se hace con las manos y el oficio, todos los días levantarse y trabajar. El trabajo es la llave de todo y esta  muestra es el reflejo de muchos años de laburo muy crudo. 


Vos sos estudiante en la UBA, ¿cómo encaja Prensa La Libertad en el mundo del Diseño Gráfico?

El ámbito académico relaciona al diseño directamente con el mercado y elimina un montón de instancias, que son de diseño gráfico aunque estén por fuera del mercado. Los afiches más de contenido social, por ejemplo, escapan a esa lógica, y son diseño.
En la universidad, además, te enseñan que hay que relacionarse con gente del Diseño Gráfico, en cambio yo creo en abrir nuevos campos. Me interesa más el cruce de las cosas que los compartimientos separados. Yo aprendí más afuera de la universidad que adentro. En lo más superficial, en el trato con los clientes cuando trabajo, y también en cuanto al intercambio. La UBA sufrió el impacto de la generación menemista a full y la gente cursa y se va. Van porque es gratis y no honran el lugar que les están bancando para que estudien y  produzcan para dignificar la producción de diseño nacional. 


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