Txt Lucía Levy @lululevy / Ph Ezequiel Sambresqui
Entrar al taller de Juliana Laffitte y Manuel Mendanha es como ingresar en una realidad paralela hecha de paisajes y calaveras de plastilina, retratos de hilos de algodón, esqueletos de monedas de diez centavos y un enorme rostro dormido de Blancanieves custodiado por decenas de velas. Las paredes, altísimas, están cubiertas por cuadros monstruosos que podrían ahogar cualquier monoambiente porteño. Es difícil acostumbrarse a sentir que los zapatos se pegan al piso - restos de plastilina -, pero peor aún es tratar de descifrar a qué huele allí dentro.
Hace más de diez años que los Mondongo trabajan juntos, y en el transcurso de esa década, muchas cosas pasaron y cambiaron: estuvieron en el living de Susana Giménez, hicieron retratos de la realeza española a pedido de los mismísimos reyes, usaron carne para ‘pintar’ en plena crisis económica y se despidieron de Agustina Picasso, la tercera integrante del grupo original. Eran, fueron, figuras afamadas de los medios. Hoy, ya con la sabiduría que da el paso del tiempo, recuerdan esas épocas no con nostalgia, sino con sensatez y madurez.
Manuel cuenta que habían días enteros en los que se dedicaban a dar entrevistas a radios, diarios y revistas. “Éramos muy jóvenes, no teníamos mucho para decir”, opina mientras juega con un desperdicio de plastilina en sus manos y recuerda: “Si bien en su momento buscamos esa popularidad, cuando nos vimos envueltos en ese mundo, nos dimos cuenta que no tenía sentido. Entonces tratamos de alejarnos de esa imagen cool y de estrellas de rock y después de ese momento de sobreexposición decidimos guardarnos y encerrarnos a trabajar”. “Ni la imagen, la fama o el nombre tienen sentido para nuestra búsqueda como artistas, lo que verdaderamente nos sostiene es el trabajo”, agrega con tono reflexivo Juliana. Claramente, hoy los Mondongo eligen otro camino, otra filosofía: hacer cuadros cuándo y cómo ellos quieran. Capricho de artistas.

Confiesan que no recuerdan cómo o por qué empezaron a trabajar con materiales poco comunes como carne, perlas, plastilina, hilos de algodón, galletitas, fósforos y hasta los famosos y odiados caramelos Media Hora.“La vida nos llevó a experimentar con distintos materiales y después eso se transformó en un patrón de comportamiento. Experimentamos para tratar de quebrar la realidad y buscar cosas nuevas. La plastilina, por ejemplo, es muy difícil de maniobrar pero hace años que venimos trabajándola. Es como el óleo, una pintura lenta con volumen”, explica Manuel y agrega: “Todo lo que desarrollamos lo hicimos en base a probar cosas y equivocarnos muchísimo. Hemos tirado pilas de materiales a la basura, tenemos mucho desperdicio, pero no nos frustramos fácilmente”.

Si bien a veces el prejuicio lleva a suponer que el arte es sólo para los ‘entendidos’, Mondongo intenta romperlo con obras que conmueven a todos por igual. “Nuestro trabajo es inclusivo, para los que supuestamente saben de arte y para los que no. Lo que hacemos es lo que nos sale, no es una búsqueda. Para mí es una alegría que podamos llegar a cualquiera, incluso a los niños”, confiesa Juliana que luego mostrará un retrato de su hija – con ojos tan reales que emocionan - hecho con hilos de algodón.
Mientras tanto, Manuel escucha, sigue con el pedacito de plastilina en sus manos que ya parece un chicle y reconoce: “Lo que nos interesa es que las obras existan, poder hacer lo que queremos: ese es nuestro deseo básico.
Nos gusta poder pintar todos los días y hacer los delirios que se nos ocurran, pero la tarea diaria es difícil porque somos muchos trabajando en el taller”. “Quizás suena grasa -advierte Juliana- pero nuestro éxito es poder trabajar, poder hacer, esa es nuestra pulsión. Poder pintar todos los días es una bendición. Es mi vida”.
Increible! realmente me mueve mucho no solo la actitud de estos artistas, si no sus propias obras que hablan solas, definitivamente el artista nos lleva años luz , el artista es capaz de ver todo aquello invisibles y lo mas complejo, es capaz de hacerlo visible a los demás, me encanta lo de la carne, me pone a pensar tantas cosas y ademas es la combinación de las dos cosas que mas me gustan: la comida y el arte!! muchas felicitaciones! buen rerportaje!
ResponderEliminar