Txt Etienne Baigorri
Se trata de la primera serie de afiches dedicados al arte argentino contemporáneo, que se pueden conseguir en una red de tiendas de la ciudad. La iniciativa es un círculo virtuoso que defiende la democratización del arte desde sus dos aristas fundacionales: por una lado se abre el mercado para que el acceso sea real e inclusivo, “para que todas las personas que así lo deseen puedan tener una obra de calidad sin que el costo sea el impedimento - explica Soledad Stagnaro, directora del proyecto - y por otro también se presenta como una plataforma de difusión para el artista. La idea es que todos salgan ganando”.
Sin demasiadas vueltas, el objetivo del emprendimiento es alcanzar el máximo nivel de calidad con el costo más bajo posible. La tarea de Polemos Ars es editar una serie de afiches de artistas nacionales, de los que conocen todos y de los que no tanto, y distribuirlos en una red de tiendas para “propiciar el encuentro de nuestros artistas con el público masivo”, resume Soledad, artista e ideóloga del proyecto, junto con la curadora Ana Martínez Quijano. Para lograrlo, cada detalle está milimétricamente pensado: “desde el papel y la fidelidad de las impresiones, hasta los exhibidores especialmente diseñados para los afiches”.
Polemos Ars fue el ganador de la cuarta edición del Programa de Apoyo a la competitividad Pyme, de la Subsecretaria de Desarrollo Económico, en la categoría Innovación. “Duplicando la apuesta del proyecto original, que se limitaba tan sólo al diseño del Programa, se concretó la producción de mil afiches con las obras de los primeros 16 artistas participantes”, explica Soledad. La inquietud surgió desde su misma experiencia como artista, al toparse con la contradicción de ser una más en ese mar de artistas, contenidos en un pequeño nicho de mercado, y muchas veces inaccesible. “Conocí gente excelente que no mostraba lo suficiente su trabajo, la salida la encaré buscando una alternativa”, asegura.
La elección de los artistas del primer grupo de obras editadas tuvo una intensión bien definida, según le contó la directora del Proyecto Polemos Ars a Cultra: “La idea fue que abarcara el mayor centro de interés en función de edades, gustos y sectores socioculturales”. A pesar de ese recorte y gracias a los distintos juegos y vueltas que propone el arte, los infaltables dejaron de ser obvios. El típico retrato del Che impacta en un afiche de fondo rojo con la leyenda “Un guerrillero no muere para que se lo cuelgue en la pared”, obra de Roberto Jacoby. El fútbol también se asoma con la obra “Argentina 78”, de Dino Bruzzone, a través de un tornado de papelitos que mezclan los colores de las bandera argentina. El tango también está, pero bajo el lente del fotógrafo Marcos López, en una obra que trastoca un poco la imagen tradicional y antihéroe de este género. Hay más postales, todas con un toque provocador, como la polémica obra de León Ferrari , donde se ve un Cristo crucificado en un bombardero estadounidense, y otras de la histórica Marta Pop.
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